La calidad del aire es un factor muy importante para la salud. Sin embargo, en la actualidad la normativa no hace obligatorio eliminar los contaminantes puntuales de los cuartos de baño. Pero habiendo una solución efectiva y económica, nos preguntamos ¿por qué no ir un paso por delante?
1. El aire que respiramos
El aire es imprescindible para la vida y su calidad varía en función de donde nos encontremos. En las zonas urbanas e industriales esta calidad se ve a veces comprometida, al igual que en algunos ambientes interiores.
El aire que respiramos está compuesto en su mayor parte por nitrógeno (78,08%), oxígeno (20,94%), argón (0,93%), dióxido de carbono (0,035%) y agua (0,40%).
2. ¿Qué es la calidad del aire?
La calidad del aire es una medida de lo limpio o contaminado que se encuentra el aire. La contaminación ocurre cuando existen partículas suspendidas en él o cuando distintos gases, que se encuentran naturalmente en su composición, superan ciertos niveles pasando a considerarse entonces contaminantes.
Una buena calidad del aire es fundamental para la salud. De hecho, en septiembre de 2021, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó unas nuevas Directrices Mundiales ajustando a la baja casi todos los niveles de referencia de la calidad del aire y advirtiendo de que la superación de los nuevos niveles se asocia a riesgos significativos para la salud.
Pero la calidad del aire no es una constante, está cambiando continuamente debido a dos factores fundamentalmente:
- Las fuentes de contaminantes: que son agentes que desprenden gases o párticulas contaminantes, y por tanto empeoran la calidad del aire en una zona o localización.
- La dinámica del aire: el aire está en constante movimiento, lo que hace variar la concentración de contaminantes en cada localización a lo largo del tiempo.
El entorno más afectado por esta situación son los espacios interiores (viviendas, oficinas, sitios públicos...) que es además dónde pasamos la mayor parte del tiempo.
3. Calidad de aire en interiores
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) pasamos el 90% de nuestro tiempo en lugares cerrados (terrible, ¿no?). Si tenemos en cuenta que el aire interior está entre 2 y 5 más contaminado que el exterior, se hace necesario poner el foco en sistemas que aseguren su renovación.
La humedad, el moho, productos químicos y otros agentes biológicos son las principales fuentes de contaminación del aire en interiores. Además, la mala ventilación favorece en gran medida de transmisión de enfermedades contagiosas. Todo ello hace que nuestra salud esté muy ligada a la calidad del aire que respiramos.
Resulta fácil entender que la calidad del aire interior influye también sobre nuestro confort y en la percepción de la limpieza. Valores elevados de contaminantes nos pueden causar dolores de cabeza e irritación. Además percibimos los malos olores y el aire viciado como una falta de higiene y esto hace que nos sintamos incómodos.
4. Fuentes de mala calidad de aire en interiores
Atendiendo a la frecuencia con la que aparecen los contaminantes, podemos diferenciar dos tipos de fuentes en interiores: fuentes continuas y fuentes puntuales.
Fuentes Continuas
Son fuentes de contaminación del aire de acción lenta pero constante. La causa más importante es nuestra propia respiración, pero hay otras como la liberación de compuestos volátiles (VOCs), liberación de radón en las casas de granito o la generación de humedad excesiva en bodegas subterráneas.
Vamos a centrarnos en la respiración, ya que está presente en todas las viviendas y es el factor más relevante.
Los seres humanos, animales y plantas, al respirar transformamos el oxígeno (O2) en dióxido de carbono (CO2). Las plantas además hacen el proceso inverso gracias a la fotosíntesis cuando reciben luz solar.
El dióxido de carbono es un gas inofensivo. Sin embargo, al aumentar su concentración en el aire, se reduce la cantidad de oxígeno y eso sí que tiene consecuencias graves sobre nuestra salud.
Las fuentes regulares requieren ventilación continua. Por esta razón la nueva normativa del Código Técnico de la Edificación obliga a garantizar un flujo constante de renovación de aire, cuyo caudal depende del tamaño de la vivienda (estimación de ocupantes). Sin embargo, las casas que no tienen estos sistemas de ventilación modernos, deben compensarlo abriendo las ventanas durante suficiente tiempo al día.
Fuentes Puntuales
Se producen cuando hay una fuente de mal olor o humedad puntual. Ejemplos comunes son el uso del inodoro o la ducha, cocinar y limpiar con productos químicos. Estos eventos requieren una ventilación extra en un momento dado, para renovar el aire y recuperar la buena calidad del entorno.
Cabe destacar que la normativa no considera estas situaciones en sus exigencias de ventilación de los baños (sí en las cocinas), aún siendo parte fundamental de nuestro día a día (ver HS 3 del CTE). Posiblemente se deba a que hasta ahora no había una solución tecnológica adecuada.
De la misma forma que en las cocinas se instalan campanas extractoras, en los baños se debería asegurar un flujo de aire extra para limpiar el aire cuando es necesario. Esta medida no solo mejoraría la habitabilidad de la casa sino que también evita otros problemas típicos de los baños como son las humedades o la aparición de moho.
La cuestión es hacer que el extractor entre en funcionamiento cuando es necesario, de forma reactiva a cada situación de empeoramiento de calidad de aire. A día de hoy, el único dispositivo sensible a los contaminantes puntuales de baños es el Controlador de Extractores.
En cuanto a las viviendas con sistema de ventilación centralizado, hay que tener en cuenta que estos sistemas no están diseñados para reaccionar ante fuentes puntuales. Para ello requerirían sensores de humedad y calidad de aire individuales para cada zona y una forma de extraer un caudal extra en esa zona.
Además, en una canalización con un sistema de extracción centralizado, no se puede colocar un extractor adicional en serie porque la instalación no está dimensionada para compensar las pérdidas de carga (pérdidas de presión) que este ocasionaría. De hecho, si este fuera el caso, la ventilación global de la vivienda empeoraría.
¿Qué hay que hacer para tener una ventilación óptima?
La respuesta es: una canalización independiente con un extractor independiente y un control independiente, de igual manera que se hace en las cocinas.
5. Últimas reflexiones
La clave para mantener una buena calidad del aire en interiores es eliminar, no solo los contaminantes procedentes de las fuentes continuas, sino también de las puntuales.
Si es necesario eliminar los gases en las cocinas, uno se pregunta ¿por qué la normativa no contempla como obligatoria la ventilación de contaminantes puntuales en los baños? Quizás estemos yendo por delante en esta cuestión.
En cualquier caso conocer la tecnología disponible hará que puedas elegir sabiamente.